Desde tiempos inmemoriales, las playas de Mollendo, ubicadas en la costa sur del Perú, han sido testigos de una tradición única y cautivadora: la creación de esculturas en arena. Este arte efímero, que ha perdurado a lo largo de generaciones, se ha convertido en una costumbre arraigada en la idiosincrasia de la comunidad, especialmente durante las épocas soleadas del verano.

La construcción de esculturas en arena es una actividad que trasciende las barreras etarias, siendo una forma de entretenimiento preferida por niños y adultos por igual. Sin embargo, más allá de la simple diversión, la creación de estas efímeras obras maestras se considera una forma genuina de expresión artística. La complejidad y laboriosidad que pueden alcanzar algunas de estas esculturas elevan la práctica a un estatus de arte efímero, donde la destreza y la imaginación se entrelazan en la fina arena costera.

Uno de los momentos cumbre de esta tradición tiene lugar en las primeras semanas de febrero de cada año, cuando se organizan los esperados Concursos de Escultura de Arena. Estos concursos no solo son una oportunidad para exhibir la habilidad artística, sino que también representan un desafío donde la gestión del tiempo es tan crucial como la creatividad misma. Con un límite máximo de 8 horas para completar sus obras, los participantes se sumergen en una carrera contra el reloj para dar vida a sus visiones efímeras.

El jurado, compuesto por tres personas imparciales designadas por la comisión organizadora, desempeña un papel crucial en el evento. Su fallo es inapelable y se basa en criterios específicos que incluyen composición, creatividad, dimensión y acabado, cada uno ponderado con 25 puntos. Esta evaluación meticulosa garantiza que las esculturas no solo sean visualmente impactantes, sino también que reflejen un equilibrio armonioso entre los elementos artísticos fundamentales.

El concurso establece disposiciones específicas que fomentan la libertad creativa de los participantes. Se permite la elección libre del tema, lo que da lugar a una diversidad impresionante de creaciones que van desde escenas marinas hasta representaciones abstractas. Además, se proporcionan materiales esenciales como palas, baldes, espátulas, plumas y conchas marinas para garantizar que todos los concursantes tengan acceso a herramientas adecuadas para materializar sus ideas.

Las dimensiones específicas para las esculturas, con un área de 3x3 metros y una altura mínima de 1.70 cm, añaden un elemento adicional de desafío, incentivando a los participantes a pensar en grande y a explorar nuevas alturas en su expresión artística.

En resumen, las esculturas en arena en las playas de Mollendo no solo son una actividad recreativa sino un evento cultural que une a la comunidad en la creación artística efímera. Estos concursos anuales no solo destacan el talento individual, sino que también fortalecen el vínculo entre la ciudad y su rica tradición costera. Cada obra, aunque destinada a desaparecer con las olas del mar, deja una marca duradera en la memoria de aquellos que tienen la suerte de presenciar la belleza efímera de este arte en la playa.