EL CHOLLONCO

El Chollonco es una especie aviar que prospera en los valles ubicados entre Lima y Moquegua, aunque en la actualidad su presencia es prácticamente exclusiva en los valles arequipeños. Se distingue por su llamativo plumaje, donde el dorso y la cabeza exhiben tonalidades plomizas, mientras que el pecho y el vientre deslumbran con un atractivo tono amarillo. La rabadilla, por su parte, se presenta en un matiz plomizo semioscuro con elegantes rayas negras.
El Chollonco encuentra su hábitat principal en las lomas y quebradas de Mollendo, donde halla un refugio vital, especialmente en áreas pedregosas. Sin embargo, también es posible avistar a esta especie en gremidales y gramadales del Santuario Nacional Lagunas de Mejía, ampliando así su rango de presencia a distintos entornos naturales.
La singularidad de esta ave canora radica en sus armoniosos cantos, emitidos frecuentemente por los machos. Estos cantos desempeñan un papel crucial al atraer a las parejas y advertir a otras aves de su especie para que eviten ingresar a su territorio. Su presencia se distingue fácilmente gracias a estos melodiosos trinos, lo que permite reconocer su existencia incluso antes de visualizarlos. Estos pájaros tienen preferencia por vivir y anidar en zonas rocosas.
ANTECEDENTES
La crianza de aves canoras en Mollendo tiene raíces ancestrales, siendo una tradición que se remonta al inicio del siglo XX en esta ciudad costera.
En 1908, la crianza de aves canoras en Mollendo experimentó un impulso significativo gracias al señor Enrique T. Rodríguez. Este destacado empresario inmobiliario, regidor municipal y apasionado de la ornitología desempeñó un papel fundamental en el fomento de esta actividad.
En 1914, en su recién inaugurada y espaciosa residencia ubicada en la calle Tacna N° 141, el señor Enrique T. Rodríguez estableció una singular tradición al instalar en la parte posterior de la casa una amplia jaula, que más tarde sería conocida como la "pajarera". Esta afición rápidamente se extendió entre los vecinos, ya que la mayoría de las viviendas contaban con jardines o huertos. Posteriormente, esta costumbre se replicó en el boulevard Las Huertas, hoy Av. Mariscal Castilla, caracterizado por su abundancia de especies arbóreas como palmeras, casuarinas, molles y una variedad de plantas ornamentales como jazmines y madreselvas.
El entorno del boulevard también albergaba árboles frutales, como platanales, higueras y granadales, creando un hábitat propicio para las aves canoras como la cosmopolita, tancas, pilcos, cabis, pichís y el chollonco. Estas especies aladas encontraban su refugio entre la exuberante vegetación del lugar. Además, otras aves terrestres poblaban plazuelas, malecones, glorietas y templos, entre ellas palomas, cuculís, cernícalos e incluso gallinazos de cabeza roja. Este panorama diverso y lleno de vida contribuyó a convertir estos espacios en auténticos santuarios para la observación de la variada avifauna local.
LOS CONCURSOS

Durante las últimas seis décadas, un grupo de residentes de Mollendo, inicialmente identificados como lomeños mollendinos y posteriormente reconocidos como chollonqueros, se unieron para formar una asociación dedicada a la cría de cholloncos. Este grupo no solo compartía la pasión por estos singulares pájaros, sino que también participaba activamente en concursos celebrados en eventos interbarriales.
Se aventuraban a las lomas con la finalidad de "pescar" cholloncos machos, explorando áreas como Tintayani, Guerreros, Santa Isabel, Pampa Blanca, Cruz de Fierro, Pucará, así como Corío, Catarindo, y muchos otros lugares reconocidos por ellos mismos.
Con astucia y el ingenioso uso de jaulas tramperas, estos apasionados criadores de cholloncos se dedicaban a cazar estas aves para luego prepararlas con el fin de participar en concursos. Entre los grupos de chollonqueros más destacados se encuentran aquellos provenientes de los barrios San Martín, César Vallejo, Iquitos, Salaverry, destacándose, por ejemplo, los Relinchos.
LAS JAULAS TRAMPERAS
Estas jaulas son fabricadas de manera artesanal utilizando caña carrizo en tiras, alambre delgado y pitas. Por lo general, son de tamaño reducido, con dimensiones aproximadas de 50 cm de largo, 30 cm de ancho y 35 cm de alto. Cada jaula está equipada con trampas en sus cuatro costados, tipo guillotina. El diseño de la trampera aprovecha la curiosidad del ave, que es atraída hacia el chollonco golpeador (imitación de canto) ubicado en el centro de la jaula. La avecilla ingresa a la trampera por los costados, quedando atrapada en el proceso.
Adicionalmente, algunas jaulas cuentan con trampas tipo remolino en la parte superior. Cuando el ave se posa, automáticamente ingresa a la trampera mediante este ingenioso mecanismo. Estas técnicas demuestran la destreza y creatividad de los chollonqueros en la creación de sus herramientas para la práctica de este antiguo y apasionante pasatiempo.
Generalmente estas tramperas se colocan en medio de terrenos con piedras a manera de señuelos, luego estas avecillas son seleccionadas y las hembras y los juveniles son liberados, solo quedan los que "golpean".
En ocasiones, estas aves, junto con otras como jilgueros, cabís y pichís, son comercializadas como aves ornamentales. Esta práctica resalta la apreciación estética que tienen estos pájaros por su atractivo plumaje y melodioso canto. Sin embargo, es importante que esta actividad se realice de manera responsable y dentro de los límites legales y éticos para garantizar la conservación de las especies y el bienestar de los animales.
Las fechas más destacadas para la captura de cholloncos son los meses de setiembre, octubre, diciembre y enero. Se les denomina también "relinchos" debido a que durante la temporada de lluvias no se reproducen y buscan refugio en cuevas más pequeñas, momento aprovechado por los cazadores. Además de las zonas tradicionales como Tintayani, Guerreros, Santa Isabel, Pampa Blanca, Cruz de Fierro, Pucará, Corío y Catarindo, se han encontrado estos pájaros también en Tarpuy y en las partes altas de la ciudad. Este comportamiento estacional y las diferentes ubicaciones de avistamiento destacan la complejidad y la diversidad de los hábitos de los cholloncos.
Además de los cholloncos, en la región también se encuentran otras especies de aves canoras, como las tancas (zonotrichia capensis), una especie de gorrión americano. También, se pueden avistar los turtupilines (pirocefalus rubinus), conocidos en el argot popular como los pilcos, a menudo considerados mensajeros de buenas noticias. Estas diversas especies contribuyen a la riqueza y variedad de la avifauna local, añadiendo una dimensión única a la experiencia ornitológica en la región.
EL CHOLLONCO
* Familia de los fringílidos (fringillidae)* Nombre científico: Sicaris raimondii
* Ave paseriforme: cuatro dedos (tres adelante, uno atrás)
* Pico cónico y corto, apto para sus alimentos en base a semillas o granos.
* Mide hasta 13 cm