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ADRIAN MURRIEL HUAMÁN

In Memoriam para un genial

Adrián Murriel Huamán

Hablar de la vida de un joven que se involucra con la identidad mollendina, es mencionar a uno de sus gestores, esta vez me estoy refiriendo a un entrañable amigo como es Adrián Stalin Murriel Huamán, nació en Mollendo en un día invernal del martes 21 de julio de 1970.

Fueron sus padres don Adrián Murriel Cabana, trabajador pesquero moqueguano afianzado en esta ciudad del mar, siendo su madre doña Teresa Eusebia Huamán Cáceres natural de Mollendo, teniendo tres hermanos como Jimmy, Pamela y Ángela Murriel Huamán, la familia también estaba conformada por sus abuelos paternos como don Vitaliano Murriel Dávila e Inocencia Cabana Revilla y por línea materna don Cornelio Huamán e Irene Cáceres Medina.

Realizó sus primeros estudios en la Escuela de la preceptora Julia Pío, todavía por esas épocas se acostumbraba en los niños la enseñanza inicial en escuelas particulares, para recién ingresar a la fase de la instrucción primaria, donde Adrián sigue estudios en el centenario Colegio Centro, como es la Institución Educativa Nro. 40472 que lleva el nombre del insigne educador Carlos María Febres Vizcarra, debemos recordar que Adrián siempre destacó en sus estudios, diríamos un alumno con un alto aprovechamiento, destacando en las artes como la pintura, el dibujo y el deporte algo inherente a su personalidad.

En el año de 1983 sigue sus estudios secundarios en el Colegio Nacional Deán Valdivia, egresando en 1987 perteneciente a la Promoción Francisco Velarde Herrera, cuyo nombre evoca al connotado médico e historiador de nuestra ciudad.

Concluida la etapa más importante de todo joven mollendino, es que decide seguir estudios superiores en el Instituto Superior Jorge Basadre de su natal Mollendo, en la carrera de contabilidad, pero será atraído para seguir mejores posibilidades a la vecina Arequipa, donde postula a la Escuela de Antropología de la Facultad de Ciencias Histórico Sociales de la Universidad Nacional de San Agustín, ocupando los primeros lugares en este importante y prestigioso centro de enseñanza académica.

De regreso a su tierra trabajó en varias empresas privadas, y a la vez como buen católico pasa a formar parte de los catequistas de la parroquia de San Martín de Porres, donde ayudaba a los jóvenes para poder enfrentar el futuro y seguir por la senda del desarrollo formando el grupo EJE, situado cerca a su casa en la calle Matarani, su barrio casi a la salida de Mollendo, en 1998, forma familia donde nace su única hija Briana Sofía Murriel Vilca, hoy con 23 años, una joven profesional radicada en Tacna.

Algo que debo manifestar al escribir parte de la vida de Adrián, es que lo conocí ya hace varios años, porque ambos compartíamos los mismos intereses en sacar a nuestra ciudad de la pereza cultural en que se encuentra, donde le ponen interés a todo lo superficial de las cosas, nos dimos cuenta que Mollendo en base a todos los elementos de investigación, empezando por las fotografías que es el sustento real de lo ocurrido en el pasado de esta ciudad resiliente tiene historia, lo que pasa es que ha mantenido el lado oscuro escondido, pero que está saliendo a la luz del día con el transcurrir del cronos.

Decía Adrián; Tenemos que luchar contra la indiferencia de un pueblo potencialmente vulnerable, culturalmente hablando, ya es tiempo de trabajar en esta empresa al cual nos hemos comprometido.

Una de las tantas virtudes de este joven profesional fue su afición que luego la transforma como una ciencia y el arte de obtener, elaborar imágenes como coleccionar fotografías antiguas y duraderas de nuestro pueblo, con amplios conocimientos sobre la búsqueda de pretéritos e increíbles descubrimientos, una fotografía tiene historia primero la buscamos hasta encontrarlo, podemos afirmar que Adrián, es un personaje importante e inteligente, es un hábil y fecundo investigador de la historia de su natal Mollendo, llevado por su entusiasmo de coleccionar fotos, pero no tardó en dedicarse a la búsqueda y al estudio muy profundo de las ciencias históricas, demostró la conveniencia de abrir los ojos al estudiantado de la provincia y ejecutó un número importante de exposiciones fotográficas itinerantes y con su propio dinero, sustentando que el rescate de fotos viene hacer la demostración constante y de renovación con mayor fidelidad.

Dominaba la técnica que permite ubicar fotografías preferentemente antiguas que estaban archivadas en viejos anaqueles de varias universidades norteamericanas, que lo merece calificarlo como un historiador fotográfico por excelencia, no solo es un connotado investigador y coleccionista de fotografías va más allá, es un genuino fotólogo, repasa el devenir de su actividad, ahora revalorizada en estos últimos años.

Debemos manifestar y sin temor a equivocarnos que una fotografía viene a ser un instante en la vida de un pueblo, un grupo humano por ejemplo de una sociedad imperante, digna de verlo con ojos de sociólogo, antropólogo, arqueólogo, arquitecto, de un historiador o de Ud. Amable lector.

Siempre una conversación con Adrián va ligada a su pasión por la fotografía, desde ya gracias a este memorable personaje, Mollendo tiene su pasado documental, rescató muchas veces fotografías de gran valor histórico, aún con los cambios tecnológicos por el paso de la fotografía analógica a la digital.

Parece sorprendente que, gracias a su pasión y preocupación, su apoyo y parte de sus fotografías, están en varios trabajos de investigación académica, tal como es el caso de la joven profesional María Fernanda Boza Cuadros, quien sustentó la tesis de doctorado; Southern Landscape:Coastal Arequiipa and the Republic of Perú. (1821-1879) en Filosofía y Antropología sobre la historia del antiguo puerto de Santa Rosa de Islay, en la Universidad de Syracusa en Nueva York, Adrián trabajaba por entonces, como funcionario de la Municipalidad distrital de Islay.

Quizá, otro mérito de Adrián es haber salvado de la destrucción o desaparición de fotografías en manos de irreverentes personas enemigos de la cultura, hoy material fotográfico que pasarán a enriquecer los libros, bibliotecas, tesis y exposiciones que es nuestro legado y que deberán servir para fomentar la cultura e identidad de Mollendo y la provincia de Islay.

Murriel, joven dotado de una gracia natural, de carácter fácil y hasta diría de ingenio despierto, se hacía simpático e inclinado a la virtud de dar sin solicitar apoyos ajenos.

Tristemente nuestro biografiado partió a la eternidad en la madrugada del 2 de enero del 2022, a la edad de 51 años, sus restos se encuentran en el cementerio de Mollendo.

Desde ya nos hemos propuesto rendirle un homenaje eterno para que su trabajo y su obra fotográfica no pasen al olvido, deberá estar en la galería de personajes ilustres que tiene Mollendo, y así será…(dixi).

Porque Adrián Murriel, ha dejado la impronta inolvidable en la Historia de Mollendo.


Un aporte del historiador mollendino Enrique Chávez Jara
AMADOR NÚÑEZ PEREA
SAMUEL MALAGA BENAVENTE
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2024-09-20 07:45:01
Administrador Usuario

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