DR. FRANCISCO VELARDE HERRERA, UNO DE LOS HOMBRES MAS DESTACADOS DEL SIGLO XX EN LA PROVINCIA DE ISLAY
Los seres grandes no mueren cuando dejan de existir, sino cuando se les olvida

Alcalde de Mollendo 1960-1961
Existen personajes cuya desaparición física no los separa completamente del mundo, más aún que sin ser escritor, ni mucho menos historiador, se preocupó con mucho esmero, dedicación y cariño al pueblo de Mollendo tan entrañable para él, en cuyo ambiente vivió más de treinta años y formó su hogar y al Valle de Tambo, donde hizo muy buenos amigos que pese al tiempo transcurrido aun lo recuerdan.
Rindiéndole el homenaje póstumo que se merece, vamos a resaltar su semblanza con el único objetivo para que su ejemplo influya como estímulo a los jóvenes estudiantes para que sigan profundizando y ampliando el conocimiento histórico de Mollendo y la provincia de Islay.
Mateo Francisco Velarde Herrera, nació en el distrito de Miraflores de la ciudad de Arequipa, el 19 de setiembre de 1899; sus padres fueron Timoteo Velarde y María Herrera, se casó con la dama mollendina María Dorich de Velarde, que fue hija de don Luis Dorich y Manuela Torres de Dorich, fundadora del antiguo Asilo de Ancianos junto a otras damas distinguidas. Tuvo una sola hija Ruth Velarde, dos nietas Deborah y Ursula Schläpfer Velarde y una bisnieta Daniela Álvarez-Calderón Schläpfer.
Hizo sus estudios primarios y secundarios en los colegios de la Independencia y Ballón. Comienza sus estudios en Lima, para luego continuarlos en Madrid (España) a donde viaja con pasajes de tercera. Financia sus estudios con una pensión fijada por sus padres y luego con una beca que el Gobierno Español concedía a los estudiantes latinoamericanos.
En 1942 va a Francia a seguir cursos de post-grado, especializándose en microbiología y salud pública. Posteriormente logra el doctorado de Medicina Colonial en la Universidad de la Sorbona de Paris.
Concluidos sus estudios, regresa al Perú. En Lima consigue una plaza como médico, para Chiclayo, pero sus padres le piden que viaje a Mollendo donde se dirige con el ánimo de quedarse una semana y "se quedó para toda su vida", las condiciones ambientales de Mollendo eran agradables. Trabajó en el hospital esporádicamente. Más se dedicaba al ejercicio particular de la medicina, con pacientes de Mollendo y del Valle de Tambo. Sus colegas del hospital se mostraron hostiles "Hicieron todo cuanto pudieron para que no entre al cuerpo médico"; sin embargo, al resolver favorablemente algunos casos, se le permitió obtener el monopolio de la asistencia. Recién en 1931, lo nombran medico auxiliar "Ad-Honorem"; en 1935 médico sanitario del puerto y la beneficencia, médico titular del hospital "El Carmen".
Hay que señalar que el Dr. Francisco Velarde Herrera llegó a Mollendo ejerciendo la medicina en el hospital "El Carmen" de manera gratuita. Él relato que precisamente conoció Mollendo cuando era muy pequeño, con sus calles de tierra y sus veredas de madera al igual que la totalidad de las casas. El parque automotor era muy ínfimo; pues solo hacían servicio de colectivo dos autos que fueron traídos por un polaco de apellido Osterlock. Más bien la actividad portuaria era abundante, a tal punto que una vez llegó a contar hasta 14 barcos fondeados en la bahía, la mayoría de estos barcos eran chilenos y peruanos como el "Mantaro", "Urubamba" y "Ucayali", hacían servicio en las costas del Perú, Chile y Ecuador, transporte de mercadería en general, como ganado, frutas y otros productos de la costa. El pasaje del Mollendo al Callao por barco era de 20 soles y si viajaban en cubierta (tercera) valía solamente 10 soles.
El Dr. Velarde era un amante de la historia de Mollendo y de la Provincia de Islay y completa el binomio histórico con el Dr. Manuel de Torres Muñoz. Aparte de su profesión se entregaba a escribir libros, artículos en las páginas de la recordada revista "Mollendo" y "La Punta". Ya en el año 1970 publicó en el número 14 de la revista "Mollendo" un trabajo importantísimo denominado "Sinopsis Histórica de Islay y Mollendo". En el año de 1986 publica un libro "Crónicas de Islay y Mollendo" de 180 páginas. También escribió "El Derrotero Histórico de Islay", cuya edición fue auspiciada por la Marina de Guerra del Perú. Fue fundador del Círculo Cultural "Baca Flor" el año 1955, que difundió cultura en general a toda la provincia de Islay.
Como alcalde de la Municipalidad Provincial de Islay, el año 1959, con la entereza de su vida rectilínea, dio a conocer la difícil situación económica en que encontró el municipio dedicándose a una efectiva labor edilicia. En 1959 inauguró la estación radiodifusora de Radio Mollendo en la onda larga. En 1980 con motivo de las Bodas de Plata del R.P. Alfonso Castro, como alcalde le impuso una medalla por su labor fecunda pastoral. En 1962 ya como miembro del Círculo Cultural "Baca Flor" publicó "El Boletín" de esa institución, editándose hasta 36 números. También escribió sobre "La Cronología del distrito de Punta de Bombón".
El Dr. Velarde fue muy sincero y señaló en esos tiempos enfáticamente sobre el hospital "El Carmen" y el "Centro de Salud", él dijo que el "Centro de Salud de Mollendo" hoy hospital "Manuel de Torres Muñoz" EsSalud, que reemplazó el antiguo hospital "El Carmen", sus diferencias eran abismales, mejor infraestructura ahora, pero con una atención mecanizada y deshumanizada. El hospital "El Carmen", pertenecía a la Beneficencia Pública de Islay, entidad que confió su administración a las hermanas de San Vicente de Paul. Hoy pertenece al Ministerio de Salud, con las religiosas no se rechazaba a nadie por falta de dinero, aunque fuese las tres de la mañana, si se trataba de un caso urgente se llamaba a los médicos. "Yo recuerdo - señalaba - haber acompañado en muchas oportunidades al Dr. Aurelio de la Fuente para atender a la gente del Valle... y de todo Mollendo". Las religiosas se retiraron cuando se inauguraba el nuevo hospital.
Al requerirle una opinión sobre el servicio que ofrecía el nuevo hospital, dijo "al hospital de Mollendo le falta equipos, por eso el servicio es deficiente, muchas veces exámenes elementales se derivan a Arequipa, lo que se ene es únicamente edificio".

Su relación con la gente del valle era frecuente, especialmente en la hacienda "El Pino" y el Sr. Lira lo invitó a trabajar en su hacienda "Pampa Blanca", durante un día a la semana recibía 150 soles mensuales.
El Dr. Francisco Velarde, médico cirujano con amplia labor en Mollendo y el Valle de Tambo, disponía de un archivo de libros, revistas y materiales informativos sobre Mollendo e Islay en general que lo convirtieron en una de las personas mejor enterados sobre la historia de la provincia de Islay. Organizó la Biblioteca de La Punta, entregando una donación de libros y gestionó para levantar un monumento para el Dean Valdivia.
Su ultima llegada a Mollendo fue para participar en los festejos del 114 aniversario de Mollendo, para lo cual trajo importantes libros para la Biblioteca Municipal, que fueron entregados al alcalde Dr. Hernán Montoya Valdivia en la sesión solemne del 6 de enero de 1985.
Falleció en la ciudad de Lima el 23 de enero de 1994 cuando contaba con 94 años de edad, a su solicitud en vida sus restos destacaban para siempre en el mausoleo familiar del Cementerio General de Mollendo; deseo que cumplió su hija Ruth y sus nietas. Su muerte causó hondo pesar en quienes lo conocieron, descubriéndolo como humanitario y de buen corazón, de allí el apelativo de ser considerado como "El Medico de los Pobres", debido sobre todo a su atención generosa. Sin tener un centavo acudían a él, requiriendo sus servicios.
Olvidaba decirles que el Dr. Francisco Velarde fue gestor en la creación de la Asociación Médica de Islay, que se fundó el 1 de octubre de 1961 y en coordinación con la Asociación Médica de Arequipa ese mismo día se llevó a cabo una sesión científica, tratándose el tema "Parálisis Infantil", además ese mismo año fue nombrado presidente de la Sociedad de la Beneficencia Pública de Mollendo. El Dr. Francisco Velarde cumplió también en entregar al municipio la galería de alcaldes que tuvo Mollendo.
Fue considerado como uno de los grandes hombres del siglo XX en nuestra provincia de Islay, junto al "Tata" Juan B. Arenas, padre Alfonso Castro, Aureliano Navarrete, Carlos Cuba Valdivia, entre otros. La Municipalidad Provincial de Islay debería dar su nombre a una calle, plaza, escuela o colegio como justo premio por su valioso aporte cultural e histórico de nuestra provincia.
Finalmente, manifiesto a ustedes que una de las palabras pronunciadas por el Dr. Francisco Velarde fue "Confieso que he vivido".
Al terminar esta crónica periodística quiero repetir un adagio que tiene un gran significado que dice "Los seres grandes no mueren cuando dejan de existir, sino cuando se les olvida".
Publicado por el Diario Prensa Regional el 08 de setiembre del 2018
Un aporte del historiador mollendino Enrique Chávez Jara