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DOCTOR MANUEL DE TORRES MUÑOZ

Una Perspectiva Sobre las Actividades Claves que Desarrolló en Nuestra Región en Beneficio No Solo de la Salud, Sino de la Sociedad en su Conjunto

Dr. Manuel de Torres Muñoz y su esposa Amparo

Desde un país marcado por los estragos de una guerra civil, emerge la inspiradora historia del Dr. Manuel de Torres Muñoz, un valiente médico español de 36 años. Su destino lo llevó a tierras mollendinas, donde su vida tomó un giro extraordinario al enfrentarse a la condena a muerte en su país natal por su valiente contribución para salvar vidas durante el conflicto bélico. En un acto admirable, el Dr. Torres Muñoz no solo escapó de la amenaza mortal, sino que también se comprometió a cumplir su juramento médico, buscando nuevos horizontes y terrenos propicios para aportar a la reconstrucción de los sistemas de salud en una sociedad desprovista de servicios adecuados para la época. Su dedicación incansable y su sacrificio personal destacan como ejemplos dignos de admiración.

Con humildad, nos detendremos para reflexionar sobre la figura de un hombre que, a pesar de haber nacido en España, dejó una huella significativa en Mollendo y la Provincia de Islay. Examinaremos de manera serena sus aspectos personales, destacando su versatilidad y múltiples habilidades que puso al servicio de la comunidad mollendina.

Adentrémonos en la fascinante historia del doctor Manuel de Torres Muñoz, quien vio la luz el 31 de mayo de 1913 en la provincia de Almería, en el reino de Andalucía, España, ubicado en la península ibérica de la lejana Europa. A la temprana edad de 22 años, culmina sus estudios en la Facultad de Medicina de la Universidad de Madrid, obteniendo el título de médico cirujano.

En el año 1936, con menos de un año ejerciendo como médico en la región de Cataluña, estalla la devastadora guerra civil española, que deja tras de sí un testimonio doloroso de un millón de vidas perdidas. En medio de este conflicto, el joven médico Manuel de Torres Muñoz se encuentra en Barcelona, donde es sorprendido por los acontecimientos. Junto a un colega peruano, Jorge Jarufe, se ve inmerso en la vorágine de la guerra, colaborando con los leales a la república y uniendo fuerzas con el ejército republicano liderado por Enrique Lister y su célebre división de hierro, héroes de la batalla del Ebro.

En este escenario crítico, el Dr. Torres Muñoz se distingue al arriesgar su vida "salvando vidas republicanas". Más allá de ser un acto heroico, destaca el cumplimiento inquebrantable de su juramento de servicio a la comunidad, elevando su estatus a Cirujano de Guerra a la temprana edad de 23 años.

En el año 1939, la guerra civil española llegaba a su fin con la derrota de la república. En este contexto, el doctor Manuel de Torres Muñoz se enfrenta a un juicio por el "delito" de haber "salvado vidas republicanas". Este increíble acto humanitario le valió una condena a muerte por parte del caudillo de España, Francisco Franco. Sin embargo, la intervención del gobierno peruano, bajo el liderazgo del general Benavides, logró modificar la sentencia. El doctor Torres Muñoz compartió circunstancialmente conocimiento con el doctor Jarufe, quien también evitó la pena de muerte de manera similar.

A partir de este punto, en 1940, el horizonte del doctor Torres Muñoz se trasladó al Perú, donde comenzaría una nueva etapa de su vida.

Posteriormente, se cumplió su condena sustituta, y el doctor Manuel de Torres Muñoz, afortunadamente, se desempeñó "obligatoriamente" como médico y funcionario en la administración peruana. Finalmente, obtuvo la autorización para "abandonar" su patria natal de manera definitiva y llegar a su "nueva patria": el Perú, en el año 1949.

Al revalidar su título de médico cirujano en la Facultad de Medicina de la Universidad Mayor de San Marcos, el Dr. Manuel de Torres Muñoz regresa a su nueva patria, el Perú. Durante este período, tuvo la oportunidad de conocer Arequipa, específicamente en la casa del doctor Jarufe, ubicada en la calle Leticia. Fue allí donde entró en contacto con el doctor Gattas Abugattas, quien le detalló la situación de Mollendo, describiendo sus necesidades y problemas de salud. Fue en este momento que nació el profundo afecto de Torres Muñoz por esta tierra.

Así, se gestó el amor al terruño en el corazón del doctor Manuel de Torres Muñoz, quien tuvo su primer encuentro con su "patria chica": el puerto de Mollendo.

En el año 1950, el doctor Manuel de Torres Muñoz toma la decisión de establecerse en Mollendo, marcando el inicio de una labor social y cultural fructífera que transformaría su vida y la de su familia. Acompañado de su esposa, Amparo Maylinch Díaz, y sus hijos María, José Luis, Juan Carlos y Manuel de Torres Maylinch, este último destacando como arquitecto mollendino en la actualidad, emprendieron juntos un camino de renovación y contribución a la comunidad.

El doctor Manuel de Torres Muñoz se dedicó con entrega a la protección de la salud de la población mollendina, asumiendo la dirección del hospital "El Carmen" de la Sociedad de Beneficencia Pública de Mollendo. Trabajó codo a codo con los doctores Valdivia Ponce y Edgar Ibárcena, quienes, posteriormente, buscaron nuevas oportunidades en Lima. Inmediatamente, contó con el respaldo del doctor Miguel Montoya y del recién graduado médico cirujano, el doctor Hernán Montoya Valdivia. Este valioso equipo contó también con el insustituible esfuerzo de las hijas de la caridad de San Vicente de Paul.

En 1954, el doctor Manuel de Torres Muñoz funda el Círculo Cultural Carlos Bacaflor y la "Revista Mollendo" como un medio de expresión significativo. Bajo su dirección, la revista floreció y se mantuvo activa hasta 1967, encabezando exitosamente las primeras 14 ediciones. La última entrega, la número 15, salió el 6 de enero de 1971, en conmemoración al primer centenario de la fundación del puerto de Mollendo, marcando un hito especial. Lamentablemente, después de esta edición, la revista desapareció, aunque también se editaron boletines de forma mensual.

El doctor Torres Muñoz ejerció una influencia positiva como parte del comité pro-ornato de la parroquia, abogando por la creación de la biblioteca popular y dotando al salón parroquial de un escenario equipado con sillas, contribuyendo así al desarrollo cultural y social de Mollendo.

En 1963, gracias a sus sólidas amistades y extensas conversaciones, el presidente Fernando Belaunde Terry cumplió su promesa y ordenó la construcción del primer hospital para Mollendo. La obra comenzó finalmente en 1965 y se completó en 1967, con el doctor Manuel de Torres Muñoz asumiendo el papel de su primer director, y de manera curiosa, también desempeñándose como el último en este cargo.

En el año 1969, el reconocimiento a su dedicación y habilidades llegó con su promoción como subdirector del área de salud de Arequipa, consolidando así su impacto significativo en el ámbito de la salud en la región.

En el año 1970, el doctor Manuel de Torres Muñoz logra obtener la dirección del hospital de empleados de Arequipa mediante un concurso, antes conocido como IPSS y ahora EsSalud. Su destacado desempeño en el ámbito hospitalario se ve reflejado en esta nueva responsabilidad.

En mayo de 1971, a solicitud del alcalde del Concejo Provincial de Islay, don Manuel Madalendoitia Moreno, un grupo de intelectuales mollendinos forma "el comité pro centenario". Su principal objetivo era la elaboración y publicación de la monografía de Mollendo como un homenaje a esta tierra. A pesar de las enormes dificultades y del pedido para que el doctor Manuel de Torres Muñoz abandonara esta titánica responsabilidad, dado que faltaban solo 7 meses para el centenario, él persistió y logró transformar el proyecto en una auténtica monografía.

El doctor Manuel de Torres Muñoz, de manera única, ha explorado Mollendo con la perspectiva de un científico, historiador, escritor y poeta. En la presentación de esta excepcional monografía, el doctor Isaac Torres Oliva nos recordaba que el panorama de Mollendo, en los 100 años transcurridos desde su fundación, es incierto. La transformación de puerto a balneario ha generado un tambaleo, y como ciudad, se ve truncada por la escasez de fuentes de trabajo, la falta de proyecciones económicas y la limitación en ámbitos sociales. La juventud, en busca de nuevos horizontes, fluye hacia otros lugares.

Para mantenernos en el tema, es importante destacar que el libro titulado "Ensayo monográfico de Mollendo y la provincia de Islay" es una obra única escrita por el doctor Manuel de Torres Muñoz sobre la provincia de Islay. En 1974, se le otorga el cargo de subdirector del hospital Rebagliatti de Lima, y posteriormente regresa como director del hospital regional número 2, demostrando su compromiso continuo con el ámbito de la salud y su dedicación a la mejora de los servicios hospitalarios en diversas regiones.

En 1979, el doctor Manuel de Torres Muñoz se jubila y continúa su contribución como asesor de la Gerencia Departamental hasta el año 1983. En un emotivo homenaje en julio de 1991, aún en vida, se le concede el honor de que el hospital de Mollendo de EsSalud lleve su nombre, reconociendo así su destacada labor y dedicación en el ámbito de la salud. Este gesto resalta la trascendencia y el impacto duradero de su legado en la comunidad mollendina.

El legado literario y científico del doctor Manuel de Torres Muñoz es notable, habiendo publicado varios trabajos relacionados con su profesión, entre ellos "Corioepitelioma" y "Colecistectomía de una vesícula biliar doble", entre otros. Además, su faceta literaria se destaca con una amplia variedad de poemas, entre los cuales se encuentran "Romance de Mollendo", "A Fray Carlos Caselli", "Qué dulce soledad" y "Mi homenaje a Mollendo", por mencionar algunos. Estas obras reflejan no solo su compromiso con la medicina, sino también su pasión por la expresión artística y su profundo vínculo con Mollendo y sus experiencias.

El 2 de diciembre de 1992, en la ciudad de Arequipa, se apagó la vida del doctor Manuel de Torres Muñoz. Su partida dejó un vacío en la comunidad y un legado que trasciende las páginas de la medicina y la literatura. En síntesis, el doctor Manuel de Torres Muñoz fue un hombre ejemplar, un médico comprometido, un modelo de padre de familia, un intelectual destacado y un amigo inigualable. Su vida fue fructífera, marcada por la promoción activa de la vida cultural en beneficio de Mollendo y la provincia de Islay. Su memoria perdura como un faro de inspiración y dedicación al servicio de la comunidad.

VALS PUERTO BRAVO, CANCIÓN SÍMBOLO DE LA CIUDAD DE MOLLENDO
PRIMER GRAN INCENDIO EN MOLLENDO EN ABRIL DE 1912
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2023-12-01 08:56:32
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